Las medicinas son las herramientas, no son el fin del camino.

“Cuando un antepasado dejó algo inconcluso, como una ira sin asumir, deseo de venganza no cumplido, una culpa o un crimen sin asumir, se abre un campo de “compensación arcaica”: el inconsciente familiar designa a un descendiente para concluir lo que se quedó sin cerrar. Ese descendiente, desde su concepción, está entonces atrapado en ese campo de compensación arcaica y no puede hacer otra cosa que repetir ese pasado, hasta que se de cuenta. Y cuando se da cuenta es cuando se separa del pasado y asume su presente, sus emociones y sus actos, sin echar la culpa a otros, saliendo del campo de la compensación arcaica y entrando en el campo de la autonomía. Todo este proceso es totalmente inconsciente. Y la vida nos va a mandar situaciones en espejo de lo que vivió el antepasado para que nosotros vivamos estas situaciones desde el presente y el adulto. En cuanto vivamos el conflicto asumiéndolo, desde el adulto, se resuelve en paralelo lo de los ancestros, y nos liberamos de la carga que nos tocaba.” Bert Hellinger

En los viajes de la ayahuasca, kambo y del bufo encontramos liberación de cargas que ni siquiera son nuestras.

En el árbol genealógico se guardaron memorias y están en nuestro interior.
Desde nuestro inconsciente gobiernan muchos de nuestros percepciones, opiniones y creencias.

Desde allí “controlan” nuestra mente sin nosotros darnos cuenta.

Los viajes de medicina ofrecen la posibilidad de darnos cuenta, separarnos del drama y construir nuestra propia respuesta al panorama de la vida.

Todo esto ocurre a un nivel visceral, celular.
Es “fácil”, pragmático y sumamente poderoso.
El camino de las medicinas chamanicas a veces es duro, crudo y pedregoso, pero sorprendentemente eficaz y a la vez solo es una parte del trabajo.

La otra parte viene de nuestra actitud y responsabilidad de tomar decisiones sensatas y embellecer nuestra vida haciendo nuestros pasos para crear un poquito más paz y ternura.

Siempre existe la posibilidad de pedir perdón, de perdonar, de intentar entender al otro y bajar del trono para volver a la humildad.
Entendemos solo una parte del juego.

Podemos tomar 100mil veces ayahuasca o bufo o kambo.
Si desde nuestro interior no deseamos entregar nuestro ego no hay manera de enriquecernos y vivir realmente en paz.

Las medicinas son las herramientas, no son el fin del camino.

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